lunes, 17 de agosto de 2015

Al cumplirse 3 años de la muerte de Esperancita, una aclaración:

Esperancita
Por Orbis Beltré

A Esperancita la asesinó la Iglesia católica, con el consentimiento del Estado dominicano.

¿Qué argumentó la Iglesia católica para impedir que esta joven recibiera el tratamiento médico que le hubiera salvado la vida?: Que Esperancita estaba embarazada, que el tratamiento médico ponía en peligro el feto que ella llevaba en su vientre, y que eso violaba el Artículo 37 de la Constitución dominicana, que dice así:
Artículo 37. - Derecho a la vida: El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte.
Es muy evidente que la Iglesia católica y el Estado dominicano, haciendo valer su posición en el artículo antes reseñado, con su afán de "proteger" el embarazo de Esperancita, no les importó la suerte de ella, violaron su derecho a la vida y la condenaron a muerte.

Maliciosamente, la Iglesia católica y el Estado dominicano, en su "estricto apego" a lo legal omitieron que el Artículo 37 de la Constitución dominicana tiene atenuantes en los Artículos 38 y 42 de la misma, que hubieran salvado a Esperancita, porque dicen así:
Art. 38. - Dignidad humana: El Estado se fundamenta en el respeto a la dignidad de la persona y se organiza para la protección real y efectiva de los derechos fundamentales que le son inherentes. La dignidad del ser humano es sagrada, innata e inviolable; su respeto y protección constituyen una responsabilidad esencial de los poderes públicos. Art. 42. - Derecho a la integridad personal: Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica, moral y a vivir sin violencia. TENDRÁ PROTECCIÓN DEL ESTADO EN CASOS DE AMENAZA, RIESGO O VIOLACIÓN DE LAS MISMAS. En consecuencia: 1) Ninguna persona puede ser sometida a penas, torturas o procedimientos vejatorios que impliquen la pérdida o disminución de su salud, o de su integridad física o psíquica. Constitución dominicana (2010)
Los derechos humanos y los derechos fundamentales los poseen las personas, no un feto. La Constitución dominicana así lo deja muy claro en su Artículo 8:
Artículo 8.- Función esencial del Estado. Es función esencial del Estado, la protección efectiva de los derechos de la persona, el respeto de su dignidad y la obtención de los medios que le permitan perfeccionarse de forma igualitaria, equitativa y progresiva, dentro de un marco de libertad individual y de justicia social, compatibles con el orden público, el bienestar general y los derechos de todos y todas. Constitución dominicana (2010)
La Iglesia católica y el Estado dominicano, violaron además, en perjuicio de la hoy occisa, los siguientes artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
Art. 3.- Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. Art. 5.- Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Art. 12.- Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques. Art. 25. - Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948)
En definitiva, la Iglesia católica y el Estado dominicano omitieron todas estas atenuantes legales que hubieran salvado a Esperancita de la interpretación cerrada del Artículo 37 de la Constitución dominicana. La Iglesia católica y el Estado dominicano deben pagar por su crimen.


1 comentario:

  1. TODAVIA LA IGLESIA CATOLICA EJERCE LA IN QUISICION, DE FORMA ENCUBIERTA




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