miércoles, 27 de abril de 2016

No se puede estar al mismo tiempo con dios y con el diablo

Orbis Beltré
Por Orbis Beltré

Dice usted, señora Argelia Tejada Yangüela, en su artículo publicado en Acento, con fecha 26 de abril de 2016, y titulado "¿Un Estado Cristiano?", lo siguiente: "No es un valor cristiano promover el odio".

Y en vista de que usted habla en su artículo, de los derechos de la comunidad LGBT, se me ocurre esta pregunta:

¿Cuál es el tratamiento que se debe dispensar al homosexual, según el dios judeocristiano?

Levítico 20:13 ordena que al homosexual simplemente hay que matarlo, y que nadie más que el homosexual será responsable por la sangre derramada. ¿Acaso no es esto odio, señora Argelia?

Así, con la mujer, que en ese mito bíblico se representa en Eva, el odio y la misoginia no cesan, cuando ese dios decreta, en perjuicio de la varona, el "tu único deseo vehemente será tu esposo, y él te someterá".

El cristianismo no solo promueve el odio y por demás la misoginia; el cristianismo se legitima en el odio y en la misoginia. ¿O no está lo suficientemente claro aquí?: "Que la mujer aprenda en silencio y con toda sujeción. Pues no permito que la mujer enseñe ni ejerza dominio sobre el hombre, sino que guarde silencio. Porque primero fue formado Adán, y después Eva; y el engañado no fue Adán, sino que la mujer, al ser engañada, incurrió en transgresión". 1 de Timoteo 2:11-14.

Dígame, señora Argelia, ¿no será desde las alturas de este santísimo postulado cristiano, que el dedo acusador de un Fidel Lorenzo del CODUE, la señala a usted, a la mujer que no quiere ser la próxima "Esperancita", y a los que escribieron los artículos 107, 108, 109 y 110 del Código Penal dominicano, que el Tribunal Constitucional invalidó?

Mire, señora, el problema no está en el CODUE ni en la Iglesia católica; el problema está en ese cristianismo bíblico que usted teme confrontar lavando la llaga con el pus, cuando dice que "no es un valor cristiano promover el odio".

Las circunstancias exigen un ejercicio intelectual alejado de la ambigüedad. Como se sentencia en ese bajo mundo del cristianismo, no se puede estar al mismo tiempo con dios y con el diablo!


lunes, 11 de abril de 2016

Si yo NO TENGO CANDIDATO respéteme

Beatriz Ferrer
Por Beatriz Ferrer

Si usted está apoyando a un partido o a un candidato, bien por usted. Ese es su derecho. Si yo NO TENGO CANDIDATO respéteme. Nadie se ha ganado mi voto. Que trabajen para ganárselo.

Pero créanme: ni un mudo que construye plantas a carbón puede ganárselo, como tampoco se lo puede ganar aquel que se alía primero al PPH, después a las mafias de transporte, después al reformista, y por último al leonelismo, demostrando que tiene el mismo nivel de escrúpulos que el que se tragó el tiburón podrido. ¿Hasta dónde pretenden ustedes (sí, ustedes que se han abanderado de la causa de ese candidato con él sólo objetivo de sacar a este) hacerle concesiones a este hombre? ¿Hasta donde hay que aguantarle alianzas dañinas, metidas de pata, planes de depredación ambiental, en definitiva, COMPROMISOS que ha "tenido" que asumir para llegar?

Ha asumido tantos compromisos que ya lo que se ha convertido en una mescolanza de vainas que no se puede ni identificar con agenda, ni ideología, ni NADA. Perdió cualquier postura firme que tenía, porque en cada punto, y en cada parada del camino, tuvo que hacer concesiones.

Y me dicen, "sí pero es que para llegar hay que hacer concesiones, primero es llegar". Atento a eso pretenden que le aguantemos que se haya aliado a las peores posturas, a los sectores más reaccionarios, que se haya desdicho totalmente de su discurso progresista. ¿Y ustedes creen que ese candidato opusdeístico de hoy, que le debe el trasero al reformismo, al pepehachismo y ya hasta al leonelismo me pudiera representar remotamente? Permítanme reírme.

Así que no, no me vengan con poses moralistas ni con ataques velados a mi postura de no tener candidato. Siempre he afirmado que Abinader tenía mi voto Y LO PERDIÓ. Eso no es culpa mía sino de él.

Si están esperando cambios, solo dizque por la estrategia de siempre, de votar para sacar, les recuerdo que esa estrategia siempre nos ha dado más de lo mismo. Quienes tenemos que ser más exigentes somos nosotros. Sigan ustedes en lo mismo, yo no. Aunque esté sola.

¿Que aporte soluciones? Bueno, lo cierto es que lo tengo difícil. No sé por quién votar. Lo que tengo claro es que al menos en la boleta del Congreso mi intención es votar para fragmentar la hegemonía morada. En la presidencial no sé qué hacer, sólo les exhortaría, antes de echar su voto, a analizar los compromisos que tiene cada candidato, la cola que tiene cada candidato, y si acaso alguna vez nos ha dado resultado votar para sacar. Quizás, y pienso en voz alta, el voto de castigo deba ser para una figura emergente. Y OJO que no apoyo a ninguno, pero quizás el mensaje que debamos mandar sea que esperamos más. Y que los dos partidos dominantes nos han defraudado ya por demasiado tiempo.