jueves, 21 de julio de 2016

Así es que “sabe ver” el dominicano

Orbis Beltré
Por Orbis Beltré
Tras el lamentable hecho de violación y asesinato de una niña de 5 años en el que están involucrados tres menores de edad, no son pocas las voces que están pidiendo que el Código del Menor sea modificado para que contemple penas más severas. Yo, por el momento, expreso mi opinión al respecto, que es como sigue:

El problema no se resuelve juzgando como adultos a los menores; el problema no se resuelve con sanciones más severas. Al menos, eso es lo que se puede inferir cuando apuntamos el lente hacia un país como los Estados Unidos de Norteamérica.

La solución del problema es la educación y políticas que fortalezcan el Estado en materia de protección de la niñez en situación de vulnerabilidad. Pero para eso se necesita tener una sociedad, o como mínimo, la aspiración de construirla.

Una sociedad presidida por un Estado con instituciones tan débiles como lo es caso del Estado dominicano, donde la corrupción pública y privada reposan en las leyes o en la omisión de las mismas, y donde el crimen lo detentan impunemente las más altas autoridades, lo iluso sería esperar de los más jóvenes, que no imiten lo que ven y escuchan con tanta frecuencia.

Me permito incluso ir más lejos. Es un descaro asombrarse cuando vemos que niños están violando y asesinando, mientras exhibimos sin sobresalto alguno en las recepciones sociales a un troglodita jefe del Ministerio Público como Francisco Domínguez Brito, y mientras todo un pueblo elige como su representante ante el Senado de la República, a un nefando como Félix Bautista, por solo citar dos ejemplos.

La actitud de estos niños hoy encartados en este lamentable hecho, podría ser el efecto de haber llegado al mundo, de las acciones de padres sin criterio de qué es tener un hijo, sin criterio de cuáles son las responsabilidades que se contraen al tener un hijo.

La actitud de estos niños hoy encartados en este lamentable hecho, podría ser el efecto de haber estado consumiendo visualmente la programación de la TV dominicana, que sin respetar horarios difunde cualquier porquería a través de su pantalla.

La actitud de estos niños hoy encartados en este lamentable hecho, podría ser el efecto de la programación de la radio dominicana, por donde se escucha cualquier disparate las 24 horas del día.

La actitud de estos niños hoy encartados en este lamentable hecho, podría ser el efecto de vivir en la más abyecta pobreza, como viven las personas en la mayoría de nuestros barrios, en callejones sembrados de casuchas y tarantines, en los que el hacinamiento y sus implicaciones son la norma.

Lo más probable es que estos niños se le hayan adelantado al pueblo llano, en entender y ejecutar el mensaje que nuestras autoridades hace mucho tiempo han estado enviando, sobre que se puede cometer cualquier crimen y no pasa nada, siempre que tengamos una condición especial. De hecho, al Presidente del partido de Gobierno, un confeso narcotraficante lo señaló públicamente de ser su socio, y nadie investigó a nadie. Aparte de eso, nadie le ha robado más al país, nadie nos ha violado más, nadie ha cometido mayor crimen en este suelo, que Leonel Fernández, y sin embargo él sigue siendo Leonel Fernández.

Es muy fácil pedir castigos severos para estos niños. Piensen por un rato en si honestamente la sociedad dominicana tiene los mínimos atributos morales para exigirle a nuestros niños buenos modales.

¿Lo que estos niños han hecho es más repudiable que lo que ha hecho la Iglesia católica dominicana, protegiendo a sacerdotes, obispos y nuncios violadores y asesinos de niños, en nuestro país?

¿O es que no se acuerdan del caso del orfanato San Rafael del Yuma, en Higüey, a cargo del obispo Ramón Benito de la Rosa y Carpio, a quien su castigo consistió solo en trasladarlo para la diócesis de Santiago de los Caballeros? No escuché a nadie pidiendo nada en contra de este obispo.

¿O es que no se acuerdan de cómo el Estado dominicano protegió al padre Alberto, el polaco que en Juncalito, Santiago de los Caballeros, violó a decenas de niños?

¿O es que no se acuerdan de cómo el Estado dominicano protegió al nuncio Wesołowski, a quien le facilitó la "huida" luego de destaparse que había estado violando niños aquí?

¿O es que ya todos olvidamos cómo el Estado dominicano, la Iglesia católica y la Iglesia evangélica, asesinaron a "Esperancita"?

¿O es que nadie está viendo cómo el Estado dominicano, con el nuevo Código Penal, se dispone a asesinar, física o moralmente, a las mujeres pobres del país?

¿Acaso ya todos olvidamos que en las recientes elecciones votamos eligiendo a narcotraficantes y a ladrones como regidores, síndicos, diputados y senadores de la República?

Y sé que habrá muchos van a ejercer su acostumbrada idiotez con un “tú quieres justificar una cosa con la otra”, exactamente estas líneas fueron motivadas por este tipo de personas.


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