Beatriz Ferrer |
Por Beatriz Ferrer
Que los cañones deben
apuntarse hacia la Junta Central Electoral, quien con su ineficiencia y prepotencia (encarnada en la persona
de Roberto Rosario) ha propiciado que luego de los comicios se presenten
irregularidades graves que parecen incluir fraudes.
Que está claro que
Danilo ganó y que el PLD ganó en la mayoría de las provincias, lo que no quita
que haya habido, y estén habiendo, vicios serios en el conteo de votos.
Que el PRM
perredé-pepehachista tiene desde el 66 jugando a Pedrito y el lobo, lo cual
sólo contribuye al hartazgo de la gente cuando arrancan a gritar
"fraude!" antes de que siquiera cierren los colegios electorales.
Esto demuestra que probablemente tenemos la oposición que nos merecemos, mas no
una oposición decente y seria, y que esos "otros" bien pudieron haber
cometido irregularidades, aunque a menor escala por tener menos recursos.
Que todo el que pudo
compró votos, sólo que el que tenía más dinero compró más votos.
Que las elecciones se
ganan, y recordemos a Chile, que sacó a Pinochet mediante elecciones. Para eso
se trabaja más y se patalea menos, se crean condiciones favorables, en lugar de
asociarse a sindicatos mafiosos y a narcos.
Que para contrarrestar
en las urnas a ese 28% de beneficiarios del Estado y sus familias hay que subir
una loma empinada, y que quien sube acompañado de ganado está destinado a
resbalar con su excremento.
Que mejor haría
Abinader enfocándose en el proceso y en el árbitro, en lugar de persistir en
las mismas tácticas de siempre.
Que a Danilo ya se le
nota su endiosamiento, celebrando su victoria el martes pasado con menos del
60% de los votos computados. Ello apunta a que el venidero será un Gobierno de
soberbia, peligrosa compañera de la democracia.
Que TODO este proceso ha
sido un desastre total y absoluto, y que Roberto Rosario (mínimo) debería
renunciar o ser destituido por el desborde de incompetencia exhibido en estos
comicios, mismo que no se veía en este país desde hace más de 20 años.
Finalmente, que yo soy
la primera que siente haber perdido, pues me duele enormemente ver la
perpetuación en el poder de este cártel, la anulación de partidos de oposición,
y la vorágine morada, que aún parece tener hambre atrasada. Yo iba a perder
como quiera, porque no tenía opción. Mi esperanza está puesta en esos votos que
fueron a los partidos pequeños, en incrementar ese voto de conciencia, poco a
poco, en las elecciones venideras. Y está puesta en aquellos candidatos de
oposición que ganaron curules.
Ahora a trabajar en
crear una ciudadanía consciente. Señores, hablen con la gente, ayuden a quienes
no pueden profundizar (por ser víctimas de este sistema que hoy se perpetúa, de
este continuismo que ya ha tenido tiempo de invertir en una generación de
jóvenes, sin embargo lo que ha hecho es ampliar la brecha de la inequidad),
ayúdenles a entender las cosas. Hablen, hablen, y no se cansen de hablar.
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